En momentos dificiles,
de angustia y de dolor,
cuando todo se oscurece,
cuando nada ya se entiende,
Mi alma se entristece
y el desánimo aparece,
¡Sólo la fe me sostiene,
sólo tu amor me fortalece!
Ho, mi Dios y mi Todo
¿Por qué pareces ausente?
¿Será para aumentar mi confianza
y avivar mi esperanza?
Mi fe parece pequeña
cuando llega la prueba
la angustia de mí se apodera
y ya nada me queda.
En silencio lloro
reconociéndome débil
y postrada a ti clamo:
¡Dios mío, ayudame!
Si mi queja cambiara
se iría mi dolor
cambiando la mirada,
centrándome en vos.
El desánimo se iría
y vendría la paz
¡Si supiera yo alabarte
en la dificultad!
No hay pesada cruz
que contigo no pueda llevar
La fe en ti me sostiene
y el saber que siempre estás.
La alabanza es la forma
de proclamar tu Victoria,
de aceptar lo que vivo,
rescatando lo positivo.
Me devuelves la alegría,
recupero la paz,
puedo cambiar la mirada,
puedo volver a confiar.
Tú estás a mi lado,
no lo puedo negar
pues, si así no lo fuera,
yo ya no podría más.
Eres tu mi fortaleza
y no puedo sino alabar
tu poder y tu grandeza
en esta dificultad.
Gracias, mi Dios
por perdonarme
en cada debilidad
y por permitirme entregarte
mi sufrimiento y pesar.
